Maflow se apunta a la Industria 4.0

La empresa cántabra, fabricante de tuberías para los equipos de climatización de vehículos, mantiene un ambicioso plan de inversiones para conseguir la máxima digitalización de la planta, perteneciente al grupo polaco Boryszew. Robótica colaborativa, conectividad, impresión 3D y realidad virtual constituyen los cuatro ejes sobre los que se asienta un proceso al que se han destinado más de medio millón de euros cada uno de los últimos años, y que es clave para competir en un mercado con márgenes muy pequeños y en el que el precio es básico para hacerse con los proyectos.

Robotizado casi desde sus orígenes y competitivo hasta el extremo, el sector de componentes de automoción vive una carrera contra los costes en la que sólo sobreviven aquellos que son capaces de vender sus productos cada vez más baratos, pero con la calidad de siempre.

Para quienes fabrican en países en los que el coste de la mano de obra no ofrece una ventaja significativa -y pese al ajuste de los últimos años España sigue contándose entre ellos- la única vía que permite mantenerse en el mercado es la inversión en tecnología y en ello está metido de lleno la planta española de Maflow. Inmersa en una rápida transición a lo que se conoce como ‘ industria 4.0’, la fábrica cántabra del grupo polaco Boryszew defiende su condición de referencia dentro de la multinacional a la que pertenece, en la que el segundo nivel de competencia -y muchas veces el decisivo- se disputa entre las propias fábricas del grupo.

Maflow Spain Automotive SL razón social de la factoría de Guarnizo fabrica tuberías para la dirección asistida y los equipos de climatización de automóviles de todas las marcas, con una segunda línea de producto – muy minoritaria en volumen, pero de rápido crecimiento- formada por anticongelantes y líquidos de freno y limpiaparabrisas. La digitalización de laplanta alcanza a cada una de esas líneas, a partir de cuatro ejes: la robótica colaborativa, la conectividad, la impresión 3D y la realidad virtual.  Es un proceso que Marcos Díaz, director de la fábrica, considera que nunca puede darse por completado, y en el que la empresa mantiene un programa de inversiones constante en el tiempo. En 2017 se destinaron a este objetivo 600.000 euros, y lo previsto para este año se mueve en cotas prácticamente idénticas.

A la hora de explicar lo que la tecnología aporta a la competitividad de la planta, el director de Maflow menciona un caso real, que ilustra cuáles son las claves que marcan que una planta consiga o no un determinado proyecto: un grupo de automoción necesita doblar a producción de una determinada plataforma -los elementos comunes a varios modelos de automóvil-, ya adjudicada en su día a Maflow.

«Las tuberías para el aire acondicionado de esa plataforma las está fabricando nuestra planta francesa, pero no tiene capacidad para aumentar su producción. Así es lo que va a fabricar Maflow, en su planta de Polonia o aquí. En este caso la logística no tiene un peso importante, y en el resto de factores perdemos claramente en el precio de la mano de obra, así que para ganar este contrato, y confío en que podamos hacerlo, contamos únicamente con la digitalización y la automatización de la planta.»

Adquirida por el grupo Boryszew en 2010, la que fuera en su día Manuli Autoibérica inició la robotización de sus procesos en 2012, en una estrategia que Marco Díaz considera obligada: «No es algo que puedas escoger, es algo que te dicta el mercado. Si eres competitivo, ganas proyectos y tienes futuro. Si no, desapareces». El director de Maflow admite que la robotización sustituye puestos de trabajo, pero asegura con datos que a su vez es la única forma de crearlos. Cuando empezó el proceso de automatización en 2012, recuerda, la planta contaba con algo más de 60 trabajadores. «Aquella primera línea permitía sustituir a cinco trabajadores, que multiplicado por tres turnos suponían 15 puestos de trabajo menos. Pero gracias a actuaciones como esa, y a los proyectos que ganamos por ser más competitivos, Maflow tiene hoy más de 200 trabajadores. Si haces las cosas bien, los puestos de trabajo que pierdes por un lado los recuperas sobradamente por otro”

Maflow Spain Automotive vende sus componentes a fábricas de automóvil de toda Europa, en competencia primero con otros fabricantes que hacen lo mismo, y después con las plantas del propio grupo. Con la capacidad para la toma de decisiones limitada por su condición de filial, Marcos Díaz insiste en que el objetivo prioritario es ser la mejor fábrica del grupo.

Aunque las tuberías son con mucho el principal producto de la planta – aportan casi 29 de los 30 millones que factura la empresa-, los líquidos están teniendo un protagonismo creciente dentro de la actividad de la factoría de Guarnizo. Si inicialmente desde Cantabria únicamente se distribuían los anticongelantes, líquidos de freno y limpiaparabrisas que se fabricaban en Polonia, ahora en Cantabria se asume todo el proceso, y con las mismas claves de automatización y digitalización que en el resto de la fábrica. Y con resultados notables, pese a tratarse de un producto muy maduro en el que no era fácil la entrada de nuevos competidores. Aunque parte de la producción lo es con la propia marca -Borygo- la mayoría de lo que sale de Guarnizo lo hace con la enseña del cliente, que bien puede ser un gran distribuidor, o bien un fabricante de automóviles.

Fuente: Cantabria Negocios